nunca se acostumbro
al ímpetu de un hombre
pidiendo un trago por ella.
cinco en una mesa
de dos. una escala
conocida.
las mujeres
Sara, Isabel
pellizcándose los muslos
por debajo de la mesa.
nadie sospecha de
ese tipo de nombres,
ventajas de pueblo chico.
se deja
tomar por las manos
si sentada también
por las rodillas.
se pega a esos hombres
espera que le susurren palabras
por detrás de la nuca.
el tipo de cosas
que su madre no
la hubiera dejado escuchar.
cierra los ojos
repite
no entendí
explícame de vuelta
es una meditación que aprendió
hace poco tiempo.
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