sueño finales de agosto, noche de tormenta
estoy en un avión. podría ser la antesala de un bar fino de otra época. el piso es verde alfombrado, un poco parece una canchita de golf. de glamour no hay nada, se nota que este avión se viene usando hace mucho tiempo sin limpieza o cuidado alguno. lo veo claramente en la alfombra, hay partes que se están desarmando.
estoy en china. todo sucede en china.
tengo mi abridor de vinos, ese que llevo siempre en la cartera. es un objeto que resulta fuera de contexto, como una remera de viejas locas de paseo por un barrio de la unión soviética en un invierno hostil. se lo doy a quien maneja el avión, esta sentado en medio de todos nosotros. gracias a mi abridor parece que despegamos, y subimos. alrededor, un edificio imponente, un comunismo antiguo, una llanura alta, ¿una dinastía?. estamos en el primer piso del edificio. que alivio, pensé que el ascenso iba a ser mas caótico. el aire es gris, muy nublado, y el pasto verde seco. hace mucho que no llueve, la tormenta se espera con ansias, pero al contrario de esa humedad pesada que aplasta, el viento acá es frío y duele.
me llaman, subo de vuelta al avión. subimos otro piso y antes de que me pueda bajar, otro. esta vez si sentí la turbulencia. sé que queda un piso más. lo sé. y esa última subida es grave. me agarro de una silla para que mi cuerpo no levite en el aire. el aterrizaje es de golpe y lo siento en el pecho. bajo del avión. aunque no vea nada más allá del pasto que termina en un precipicio, me digo a mi misma, ahora sí, desde acá puedo ver toda China.
encuentro mucho alivio al darme cuenta que todas las turbulencias tienen que ver con la lluvia que se avecina. feliz con mi lógica, despierto.